Para aquellos que quieren difundir sus obras y fomentar la creatividad, pero sin perder todos los derechos existen seis tipos diferentes de licencias de Creative Commons. Todas ellas incluyen el reconocimiento de la autoría, pero además pueden tener otras cláusulas adicionales. Pero algunas personas no tienen muy claro las diferencias entre ellas, cómo funcionan y cuál es la que quieren poner en su blog o Web. Así que ahora vamos a hablar de la más sencilla de las licencias y dedicaré otros artículos para el resto de versiones (distribución igual, permisos no comerciales…) La licencia de Reconocimiento de Creative Commons es la que tiene sólo un icono de un hombre dentro de un círculo. Con ella permites cualquier uso de tu obra y la creación de obras derivadas, pero siempre citando el autor. Ya está. Si publicas tu blog, bajo esa licencia su contenido pasa a ser libre y gratis. Sólo hay un requisito legal para copiar y pegar tus textos, que aparezca el autor.
Las ventajas que confiere esta licencia al autor es que permite la divulgación de una idea, nombre, programa u obra de arte sin ninguna restricción. Podrías un día leer un texto tuyo en un periódico, con tu firma, o bien encontrar una foto bajo esta licencia ilustrando la portada de un libro. A nivel pragmático es una estrategia interesante para darse a conocer a través de Internet y las redes sociales. Con Creative Commons y la única condición de citar al autor, es fácil que una foto, texto o documento de calidad, sea publicado por otras personas a quienes les haya gustado. ¿Las desventajas? Algunas personas se dieron cuenta que con este tipo de licencia se autorizaba a las grandes empresas a lucrarse de un esfuerzo altruista. Con ella se permite crear obras derivadas y dotarlas de copyright, y también a hacer negocios con textos e imágenes gratis. Así que para remediarlo surgieron un par de ideas: las licencias para usos no comerciales y el copyleft. De eso hablaremos en los dos próximos textos.
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